De espaldas a la política

Hace un par de semanas que se viene escuchando hablar de los polémicos decretos de Emergencia Social, hechos con el fin de darle una re oxigenación al sistema de salud en Colombia; el problema, es que esta re oxigenación, al parecer, va en contra de las garantías y los derechos a la salud que deben tener los ciudadanos.

Algunas personas expresan no afectarles este tipo de decisiones políticas, otras se ven directamente afectadas; algunas personas de estas protestan y hacen valer sus derechos -así poco sean escuchados-, otras se conforman con hacer la voluntad del Gobierno, que finalmente decide por ellos sin importar cuáles sean las consecuencias de estas decisiones.

Es paradójico que la gente exprese no interesarle la política, como lo decía en alguna de mis columnas anteriores: “Alguien definió la política como el estudio de quién obtenía qué, cuándo y cómo para un beneficio común. (...) Y yo la definiría como la búsqueda de acuerdos entre las personas para darle solución a una problemática, con el fin de alcanzar el progreso que beneficie a toda una sociedad.

Muchos colombianos a través de la historia se encuentran frustrados por la ineficiencia y el poco trabajo de algunos políticos que con base, en emotivos discursos, sin dar respuesta ni cumplimiento a sus promesas, ayudaron a formar un concepto, tal ves erróneo, de lo que esta significa: Corrupción, engaños, sobornos, opresión, mentiras, etc.

Podrían ser estos motivos muy válidos para que las personas, muestren un relativo egoísmo e indiferencia, pero como diría el congresista Nicolás Uribe: “Quién sea apático, y diga no meterse con la política, la política termina metiéndose con él”.

Más de una persona en estos momentos, puede experimentar de primera mano que la política se mete con ellos, por ejemplo, las víctimas de los decretos de Emergencia Social, cuando se dan cuenta de que el tratamiento para su enfermedad no está incluido en el POS; tratamientos o medicinas de las cuales, en ocasiones, pueden depender sus vidas.

A esto, hay que sumarle la tergiversación que algunos medios de comunicación hacen al proporcionar información y las consecuencias que esto trae.

Regularmente, suelen finalmente generarse ese tipo de show mediático, que lo único que logra es escandalizar a las personas. Hay desinformación, y hay pocas personas interesadas en obtener la verdadera información.

Tal falta de interés, es debido a la imagen aburrida que tiene la política, por lo cual, muchas personas prefieren ocupar su tiempo en otras actividades que para ellos pudieran ser más productivas.

Puede sentirse gran impotencia, pero la solución no está en decir: Gobierno corrupto, en ser indiferentes con los temas políticos, que posiblemente sin darse cuenta, se está formando menos conocimientos en estos temas que les permita proporcionar la suficiente información para que el pueblo pueda expresarse participativamente.

La política, es una de las herramientas más efectivas para hacer valer los derechos como ciudadanos, por el simple hecho de poder ejercer el voto y de poder elegir a las personas que en el poder van a tomar las decisiones por el pueblo.
Entre menos nos guste la política, más debemos ejercerla como derecho ciudadano.