Navidad, Navidad... Pobre Navidad

Hace un año el fenómeno de las pirámides amenazó y frustró la Navidad de muchos hogares, este año posiblemente la Navidad siga amenazada y muchos más se frustren pero a cuenta de la inoportuna crisis que golpeó la economía mundial en el 2009.

Por estos días, hace un año que ni las autoridades ni los miles de espejos de las personas estafadas a cuenta de las famosas pirámides lograban generar conciencia entre las personas para que no siguieran cayendo en las trampas de esos negocios. 

Como muchas personas lo pronosticaban, aquellas puertas abiertas de par en par seduciendo con intereses desbordantes y el milagro multiplicador del dinero desaparecieron dejando sólo los avisos y miles de estafados en donde no sólo cayeron incautos poco educados sino, antes que nada, ambiciosos de todos los estratos.

Lo más preocupante fue que la avaricia de estas personas ingenuas que se motivaron a apoyar estas empresas con sus inversiones y lo que en ese momento se empezaba a ver como un problema de un “selecto grupo de inversores” se vio reflejado notoriamente de forma negativa en la frágil economía colombiana.

Las personas que pensaron que los dos billones de pesos que estas empresas sustrajeron del mercado contraerían fuertemente el consumo en la temporada navideña no se equivocaron. Fueron dos billones de pesos que al pueblo le ha costado durante el transcurso de este año recuperar, como si no hubiese bastado este fenómeno, llegó el golpe de la crisis económica mundial donde a pesar que se pensó que no tocaría la economía colombiana sí lo hizo.

No siempre es bueno recordar noticias negativas, sin duda en estos dos años han pasado muchas cosas positivas para resaltar pero este fue un año difícil para todos los gremios y para los bolsillos de todos los colombianos.

 Los pereiranos son fiel muestra del efecto de la crisis, en estos momentos. Para nadie es un secreto que Pereira es la ciudad con mayor desempleo en Colombia. Es preocupante el panorama cuando un alto porcentaje de desempleo, pocas inversiones que reactiven la economía de la ciudad y pocas soluciones a este problema se mezclan con  las mismas problemáticas que desencadenan tal coyuntura, por ello se han incrementado los índices de violencia, inseguridad, poca inversión foránea, etc. dejando la ciudad a merced de lo que el destino nos suela deparar. ¿Para dónde irá Vicente?, parece que para donde vaya la gente.

Mientras tanto se avecina de nuevo una Navidad en donde muchos hogares no tendrán para su cena de noche buena, donde muchos niños tendrán que despertar preguntando: Mamá, ¿dónde están los juguetes?, cruda realidad, pero no se preocupen que el niño Dios sí los quiere, y de seguro muchos niños se portaron muy bien este año, simplemente no hubo platica.

Como el dinero no lo es todo, no tenerlo no es pecado y mucho menos motivo de vergüenza,  debemos sentirnos orgullosos por el simple hecho de estar vivos, estar al lado de nuestras familias y compartir lo que Dios nos quiera brindar en esta Navidad.

Humildemente los mejores regalos serán ese vaivén de gritos, alegrías, sonrisas y villancicos que trae la Navidad, sólo nos queda disfrutarla modestamente, esperar juntos y rezar al cielo hasta el año que viene. Como alguien diría alguna vez: Navidad de los pobres, que feliz Navidad.