Una Navidad sin luces

Ya se acerca la Navidad, el ambiente navideño se respira por las calles, en los hogares, las empresas, el estado de ánimo de las personas sin importar las circunstancias empieza a cambiar. Aquellos adornos que permanecen guardados durante todo el año se sacan a desempolvar para darle ese toque pintoresco que trae consigo la Navidad.

En muchas casas hasta la licuadora y la lavadora tienen su propio trajecito de Navidad, aquellos colores rojo y verde que distinguen este mes de todos los demás. Las calles se empiezan a ver con sus adornos y sus luces que iluminan las noches de la ciudad. Para muchas personas, este puede no ser el mejor mes del año, para otras si lo es. Para algunas puede ser tan especial que incluso prefieren empezar a sentir el ambiente desde noviembre, otras preferirían que nunca llegara.

Lo cierto es que el fin de semana, salí a dar una vuelta por toda la capital como regularmente se hace cada año, con el ánimo de ver cómo se transforma la ciudad para darle la bienvenida a diciembre. Los noticieros empiezan desde el día de las velitas, a mostrar los lindos alumbrados de las ciudades que se preocupan por aportar su grano de arena a esa transformación que hace parte del ambiente de la Navidad.

Los parques, las avenidas principales, los centros comerciales, etc., se iluminan noche tras noche alegrando las almas de aquellas personas con su espíritu navideño a flor de piel. Como siempre, al menos desde que tengo uso de razón, he escuchado y he sido testigo en varias ocasiones que los mejores alumbrados navideños los hacen ciudades como Medellín, Bogotá, Cartagena, entre otras.

El año pasado, haciendo el mismo recorrido por la ciudad, aquella ciudad querendona trasnochadora y morena, recordando cómo en pocos años ha logrado la transformación de la que todos hemos sido testigos con la llegada de centros comerciales, una que otra obra de infraestructura, nuevos edificios, etc. El alumbrado navideño que se tuvo en la ciudad en el año 2008 no fue el mejor, pero fue un alumbrado aceptable y se vio al menos un poco de esfuerzo por hacer ver la ciudad bonita.

Este año es triste, deplorable y dan ganas de sentarse a llorar con la iluminación navideña que tiene la ciudad.
Se ve el esfuerzo, pero por ahorrar dinero, no se para qué, pero de que ahorraron, sí lo hicieron.

Me queda la duda si es por falta de dinero que no se pudo contar con una linda iluminación este año, donde en años pasados la vistosa Avenida Circunvalar, la Avenida 30 de Agosto, el centro y sus parques de Bolívar y el Lago daba ganas de salir a verlos, a tomar fotos. Daba ganas de salir a sentir que había llegado la Navidad.

No es justo que esta ciudad tenga un alumbrado a medias, por medio cumplir, por medio parecer que se iluminó la ciudad. Mientras otras ciudades buscan cada año mejorar sus alumbrados decembrinos, Pereira este año prefirió ahorrar platica.

No es justo que íconos de la ciudad se hayan quedado esperando, de la misma forma que yo espero, seguiré esperando, y posiblemente muchas personas esperen, que se les otorgue un poquito más de presupuesto y se pueda disfrutar, algún año, de un alumbrado con todas las de la ley. A fin de cuentas la esperanza es lo último que se pierde.